Odio eterno al fútbol moderno.
Una frase que define perfectamente lo que queríamos transmitir con esta cápsula.
Un deporte de caballeros practicado por auténticos villanos. Un deporte donde el amor, el odio y la nostalgia se mezclan de forma inseparable y hacen que belleza brote.
El fútbol de antes (Il Vecchio Calcio), antes de la llegada de los clubes estado y los jugadores empresa.
Cuando jugadores de culto de casi cualquier equipo de la liga española se convertían en verdaderos estandartes.
Éramos felices y no lo sabíamos…
Sócrates murió envenenado, pero Baggio murió de pie.
Final del mundial de USA ´94. Italia enfrenta a Brasil en el estadio Rose Bowl, en Pasadena.
Tras terminar empate a goles en el tiempo reglamentario y la prórroga, el partido llega a la tanda de penaltis.
El partido pudo pasar a la historia por otorgar el tetracampeonato a la escuadra canarinha, pero la historia, a veces, deja de lado a los vencedores y se centra en los vencidos,
haciendo así que el misticismo y la fuerza de este deporte se hagan palpables en lágrimas y carne.
El destino quiso que Roberto Baggio, el Bambino de Oro, tuviera en sus pies el lanzamiento del penalti decisivo para Italia.
Robi dió dos pasos hacia atrás, llenó sus pulmones como si quisiera respirar templanza pura y lanzó…a las nubes.
El silencio invadió todas las casas de Italia, la imagen de Robi y su mirada al suelo con los brazos en jarra se convirtieron en la definición perfecta de un corazón desolado por la derrota,
una imagen perfecta del Vecchio Calcio…
Hay quien dice que la verdadera derrota es aquella de la que no se aprende nada. El futbol no fue justo entonces, pero tampoco debe serlo, eso es parte de su encanto y del aprendizaje de la vida.
Avería y Redención.
Años más tarde, sin saberlo o quizás sin pensar en ello, el destino haría que la moneda cayera del otro lado.
Cuartos de final de la Euro 2012 de Kiev, Italia enfrenta a Inglaterra, aquel día con Italia perdiendo en la tanda de penaltis, Andrea Pirlo, jugador elegante en carne y fuego,
quiso redimir a su compatriota y, recordando a Antonin Panenka demostró que la frialdad más pura y la calidez más salvaje pueden estar unidas en un mismo cuerpo.
Ya sea la decisión más importante de tu vida, un partido en la cancha de tu barrio, o al encontrarte de improviso con la chica que te gusta…siempre tienes la opción de vivir A lo Panenka;
Juégatela siempre, pero con estilo y elegancia.
